Al Bon Dia del dia 10 de juliol del 2011 apareix la següent notícia:
"El 60% dels casos atesos per l’equip d’atenció als infants és per negligència"
Cito algunes parts que comentaré més endavant:
"cal assenyalar que es considera que es dóna aquest problema de negligència quan en el si de la família hi ha un dèficit en les habilitats parentals per fer front a una atenció adequada i a una cura de l’infant respecte als aspectes bàsics, com són els relatius a la higiene, l’alimentació, la salut i l’educació, entre altres necessitats dels fills que els progenitors no atenen de la manera correcta."
"les causes que justifiquen aquest agreujament dels indicadors de risc, els experts de l’equip assenyalen que si bé la situació de crisi econòmica que es viu en l’actualitat no té una afectació directa en les situacions de negligència o maltractament d’un infant, sí que hi pot haver una relació entre l’augment dels maltractament físics detectats durant aquest any i l’estrès emocional que viuen els progenitors, que comporta sovint que tinguin més dificultats per reconduir la conducta dels fills i utilitzin el càstig físic com a mètode de disciplina.
A més a més, els professionals afegeixen que la precarietat econòmica pot exposar una família a presentar indicadors de risc d’atenció envers els infants, però afegeixen que depèn dels recursos que tinguin per desenvolupar-los."
El contingut d'aquest article fa pensar que en un context on la família s'amoina més de la supervivència (trobar feina o fer hores extres per la manca de feina) que per l'atenció familiar pròpiament dita pot ser una altra de les causes de demandes sòciosanitaries futures.
Sense una atenció pública adequada, les persones poden contractar serveis assistencials sempre i quan els salaris ho permetin. Quan els ingressos familiars es redueixen, aquesta externalització es deixa de contractar. A la càrrega psicològica per la manca d'ingressos se li afegeix la responsabilitat familiar que, sovint, s'acaba convertint amb una càrrega que s'evadeix o es maltracta.
Recull d'informació associada a l'investigació sobre la viabilitat de sistemes de protecció social
dijous, 25 d’abril del 2013
Debate pensiones: "¿Por qué basar todo en el crecimiento?"
¿Por qué basar todo en el crecimiento? (contestación a Vicenç Navarro) por Margarita Mediavilla, Carlos de Castro, Luis Javier Miguel, Iñigo Capellán, Pedro Prieto, Emilio Menéndez, Juan José Álvarez en Decrecimiento, 21 de abril de 2013
(...) Hemos creído importante contestar porque este debate evidencia un problema que estamos sufriendo. Personas procedentes de diferentes movimientos cuestionamos el actual modelo socioeconómico, pero lo hacemos centrándonos cada una en nuestros aspectos particulares. Esta parcelación no es buena porque impide abordar correctamente el problema. No vivimos únicamente una crisis económica sino una crisis sistémica, que es a la vez una crisis social (de desigualdad), ecológica (de recursos, contaminación y biodiversidad), económica (desregularización, sistema financiero, privatización), ética (cuidados, relación ser humano-naturaleza), etc. No podemos resolverlas a base de centrarnos sólo en uno de los aspectos particulares, debemos hacer un esfuerzo por colaborar y englobarlos todos en una visión sistémica.
Esto es complicado porque, con frecuencia, hablamos incluso lenguajes diferentes. (...) Al hablar de “recursos” en economía, se habla de algo relativo que puede ser sustituido fácilmente, está hablando de recursos económicos. Sin embargo, cuando ecologistas o ingenierxs hablamos de recursos, hablamos de cosas que no tienen nada de relativas. La energía, los minerales o las especies de un ecosistema son cosas muy concretas, medibles en unidades físicas y que normalmente no se pueden sustituir.
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Debate sobre las pensiones: "Pensiones sin crecimiento"
Completo en "Las pensiones y el fin del crecimiento" por Florent Marcellesi (Coordinador de Ecopolítica); Jean Gadrey (economista y miembro del consejo científico de ATTAC Francia) y Borja Barragué (investigador de la Universidad autónoma de Madrid) en Público (27/02/2013)
El futuro de las pensiones se plantea con demasiada frecuencia basándose en el crecimiento económico infinito y olvidando completamente la crisis ecológica. Se nos dice a menudo, incluso desde la izquierda, que si el Producto Interior Bruto (PIB) fuese en 2050 más del doble que en 2013 (o sea, una tasa de crecimiento medio del 1,9% anual), no habría un verdadero problema de financiación: si el «pastel» aumenta, puede distribuirse una mayor parte a las personas jubiladas sin quitarle nada a nadie. Es el argumento que, por ejemplo, encontramos en el artículo de Vicenç Navarro publicado el 6 del 2013 en El País (disponible en su blog). Dada nuestra cercanía ideológica con este autor en torno a la cuestión de la justicia social, el propósito de este artículo es debatir algunas de sus aserciones para que los movimientos transformadores integren el fin del crecimiento en sus reflexiones y en su práctica.
Vicenç Navarro comienza su argumentación mediante la constatación de un hecho según él de especial importancia: “El del aumento de la productividad, es decir, que un trabajador dentro de 40 años producirá mucho más que un trabajador ahora” (…) Esta visión se fundamenta en considerar los aumentos de productividad como intrínsecamente positivos, sin cuestionar su calidad y orientación. En este sentido, el caso del sector agrícola, que Vicenç Navarro tomó como ejemplo, es paradigmático. Comenta que “hace 40 años el 18% de los españoles adultos trabajaba en la agricultura. Hoy solo el 2% lo hace, y este 2% produce mucho más de lo que producía [el 18%] hace 40 años.” Sin embargo, el sistema agroalimentario global ha conseguido producir tanta cantidad con tan poca mano de obra sobreexplotando los recursos naturales (y las personas). Es un modelo insostenible (e injusto) (...).
Por supuesto, eso no significa que todos los aumentos de productividad sean contraproducentes. (...) una cesta de agricultura ecológica relocalizada es menos “productiva” que una cesta de agricultura intensiva globalizada, pero es más saludable y más respetuosa con el medioambiente y con las generaciones futuras. Por tanto, una sustitución virtuosa (menos desempleo, menos energía) se traducirá por una disminución de los aumentos de productividad en términos económicos clásicos.
Vicenç Navarro argumenta que “si la productividad creciera un 1,5% por año, que es el promedio de crecimiento en los últimos 50 años, el PIB de España en 2060 sería 2,20 veces mayor que en 2007” (lo cual significaría que en 2060 quedaría mucho más dinero tanto para pensionistas como para no pensionistas). Sin embargo, el incremento medio de productividad en los últimos 50 años esconde otra realidad menos entusiasta: en este mismo periodo de tiempo ha habido una decadencia estructural de los aumentos de productividad (en España, oscilaba en los años 70 entre el 3% y el 6% y desde los años 2000 entre el 0% y el 2%) y es muy probable que siga así, sobre todo en los sectores productivistas. En este sentido, contrariamente a las tesis clásicas, asistiremos a escala macroeconómica a una fuerte caída de los aumentos de productividad y, por tanto, del crecimiento cuantitativo, debido al agotamiento de los recursos naturales (principalmente fósiles) y al cambio climático.
(...) Desde el punto de vista ecológico, el crecimiento no es la solución, sino más bien el problema. Por ejemplo, sólo con un ligero aumento del PIB mundial (¡ni siquiera del español!) de un 1% anual y una hipótesis de mejoras tecnológicas muy optimista, ya superaríamos en 2050 en un 25% las metas de disminución de emisión de gases de efecto invernadero que evitarían un aumento de temperatura de más de dos grados (umbral crítico a no superar según la comunidad científica).
Ya es hora de cuestionar la paradoja que consiste en defender los derechos de las generaciones futuras ante al cambio climático y en olvidar esta variable cuando se trata de sus pensiones a largo plazo.
He aquí algunas propuestas para imaginar “unas pensiones sin crecimiento” (algunas propuestas coinciden, sin duda alguna, con otras de V. Navarro):
1. Las pensiones de las generaciones futuras no requieren crecer más, sea como sea el crecimiento, sino distribuir la riqueza ya existente así como reducir las desigualdades. Significa hacer un balance de los miles de millones de euros recuperables anualmente sin crecimiento cuantitativo tomando el dinero de ahí donde está (plusvalías, economía sumergida, presupuestos militares, etc.).
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dimecres, 6 de febrer del 2013
Las pensiones no están en peligro
De Vicenç Navarro de la Universitat Pompeu Fabra. Artículo completo en el País (06/02/2013).
Una postura generalizada en los círculos políticos, mediáticos y financieros del país es que el sistema público de pensiones se encuentra ante un gran reto determinado por la transición demográfica.
(...)
El porcentaje de población activa también habrá aumentado dentro de cuarenta años
(...) hace 40 años el 18% de los españoles adultos trabajaba en la agricultura. Hoy solo el 2% lo hace, y este 2% produce mucho más de lo que producía hace 40 años el 18% de la población que trabajaba en agricultura. Un trabajador agrícola ahora produce más alimentos de los que antes producían nueve trabajadores, y ello como consecuencia del enorme crecimiento de la productividad. Se habría percibido como una observación innecesariamente alarmista si hace 40 años economistas famosos hubieran escrito en rotativos de gran difusión que, como consecuencia de que los trabajadores estaban abandonando el campo, habría menos producción de alimentos, con lo cual, al cabo de 40 años, la gente de España moriría de hambre.
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