divendres, 17 de setembre del 2010

Estat del benestar en crisi: desigualtats immigració

Ivan Pivotti 
Licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad de Trieste (Italia)

Un sistema de seguridad social que, sin alterar el orden de la economía de mercado, denuncia los excesos de liberalismo y se basa en el fundamento de la redistribución y la igualdad social.
(...) Por un lado, el sistema liberal se caracterizaba (y sigue caracterizándose cada vez más, por ejemplo, en Estados Unidos y en la Gran Bretaña post-Thatcher) por una asistencia “residual”, destinada solamente a los que están en situaciones socialmente marginales, con medios muy limitados, y representa el triunfo de los valores de la iniciativa individual y del mercado libre. Por otro lado, el modelo centro-europeo remunerativo-corporativo (presente en Francia, Alemania, Austria, Bélgica e Italia) se basa en el trabajo asalariado. En este caso, las prestaciones, otorgadas por un Estado fuerte, siempre han sido funcionales a la conservación de las diferencias de clase, aunque las instituciones eclesiásticas, las familias y las redes sociales informales jueguen un papel fundamental.
(...) sólo una estructura social plenamente empleada puede soportar el coste de programas tan ambiciosos y onerosos.
(...) las recesiones provocadas por estas crisis han dañado el tejido laboral de todos estos países provocando importantes bolsas de desempleo entre su población activa. Si esto, además, se produce en países poco poblados y tradicionalmente caracterizados por el pleno empleo (Dinamarca, por ejemplo, presentaba en verano de 2008 una tasa de desempleo que no llegaba al 2 por ciento), donde unas prestaciones sociales muy generosas se financian por medio de las retenciones fiscales, el choque puede ser muy violento.  (...) llega un momento en que el ciudadano escandinavo, todavía arropado por sus garantías de bienestar, se siente amenazado y pierde seguridad. El inmigrante que resida regularmente en uno de estos países tiene derecho a percibir algún tipo de prestación desde su primer día de estancia en el país, pero, o quizás también por esto, se topa con un mercado del trabajo excluyente (...)
las reformas del welfare state que se están planteando en los últimos tiempos (...) se están haciendo cada vez más impermeables las fronteras, cada vez hay más obstáculos para obtener residencia o ciudadanía (requisitos formales para tener derecho a toda clase de prestaciones) y, por último, se está planteando la reducción de la cobertura a las familias inmigrantes. (...) La “flexiseguridad” indica un equilibrio entre la necesidad de flexibilidad de los empresarios y la de seguridad de los trabajadores, pero parece ser ya un útil instrumento en mano del capital para deshacerse con facilidad del personal sobrante.
(...) La extrema facilidad de movimiento de los trabajadores dentro de las fronteras europeas provoca una fuerte tensión entre Estados del Bienestar muy cerrados y sistemas económicos muy abiertos. Quizás debamos finalizar con una cuestión abierta: ¿Es que los welfare states nacionales no pueden coexistir con la libertad de movimiento de los trabajadores?
El baile de las sillas en el Estado de Bienestar escandinavo
Ivan Pivotti
Lunes 12 de abril de 2010,
Revista Pueblos

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